Soy una persona común y corriente, algo más hiperactiva de lo normal, pero solo eso. Soy la mayor de 4 hermanos, todos varones, dos de ellos con Síndrome de Down. El tenerlos en mi vida no me hizo una persona especial, no me hizo mejor. Solo me hizo mirar la vida desde otra perspectiva, con más sencillez, agradecida de las bendiciones diarias, mas paciente (MUCHO MAS!!) Esta experiencia me ha permitido vivir en un continuo aprendizaje, disfrutar a concho cada minuto… Pero por sobre todo hizo florecer en mí un sentimiento distinto, puro… Un amor que sobrepasa todo entendimiento, ese que es incondicional.
Comprendí que el ser inclusivo es un compromiso que uno hace consigo mismo, un compromiso real de corazón, el cual implica la aceptación, la tolerancia y el respeto hacia el otro, hacia el que no es igual a mí. Es la aceptación completa de todo lo que la otra persona es sin pretender cambiarla.
Todos podemos percibir y buscar la inclusión de distintas maneras, pero la inclusión siempre es la misma, un espacio común donde tú y yo podemos disfrutar de las mismas oportunidades, condiciones y derechos pese a nuestras diferencias.
El hecho de tener dos hermanos con Síndrome de Down me permitió abrir los ojos, fue un despertar, y a partir de eso me interese por educar, por trasmitir mi experiencia como hermana, como amiga. A veces lo realizo a través de afiches educativos (cuando me siento inspirada o me aflora lo diseñadora.. jeje) o simplemente contando anécdotas diarias, dándole un toque cómico! Muchas veces me pregunte las razones: Porque quería hacer esto? Porque pertenecer a una organización para trabajar por esta causa? (Hoy ya estoy ligada a varias) Me lo pregunte muchas veces, pero siempre mi mente y corazón se sincronizan en la misma respuesta: No quiero que ellos (Abel y Claudio, mis hermanos) sientan discriminación, no quiero que ellos se sientan ajenos, extraños. No quiero que ellos sientan rechazo de la sociedad por verse diferentes a la media.
Mi anhelo es que la sociedad entienda que ellos son iguales en derechos como tú y yo, así como también muy distintos a ti y a mí. Educo para que las personas comprendan que su condición humana prevalece sobre cualquier otra, y que ellos pueden ir, estar, participar y pertenecer a los mismos lugares que tú y yo. Quiero recordarle a la sociedad que no hay mejor lugar para ellos en el mundo, que este que tú y yo también estamos.
Los derechos de mis hermanos no se regalan, no se tranzan, ellos, al igual que tu y yo también se los ganaron. Hoy son muchos Abel y Claudio en nuestro país, eduquemos para generar cambios reales en el área social, laboral y educacional. Pero sobretodo eduquemos a la persona, pues la inclusión parte en nosotros, en nuestro ser, en nuestro hogar, y de ahí se extiende al exterior. Hagámosle saber al mundo que ellos son un aporte a nuestra vida, a nuestra sociedad. Aprendamos a convivir con la belleza de la diversidad.
Yo quiero mi país inclusivo. #YOincluYO!
Evelyn Pulgar Mena
Mujer, hermana, hija, amiga, diseñadora y fiel creyente del potencial de las personas con Discapacidad.